Si ante la posibilidad de competir vuelves a sentir
temor, recuerda que tu vulnerabilidad a la crítica proviene de tu naturaleza
humana. Si bien el hecho de someterte al ojo escrutador de tus semejantes puede
ser para ti agobiante y muchas veces frustrante, en realidad tu mayor verdugo
eres tú mismo (a), con tus propios juicios e inseguridades. Si permites que se
manifieste el verdadero anhelo de tu Alma, con seguridad verás obrarse milagros
en tu vida y en menos tiempo del que imaginas. Confía en lo que sientes desde
tu corazón y no vaciles. Dios vive en ti.
@mariafloreto
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